La malla está constituida por fibras de vidrio tratadas con un apresto especial que confiere resistencia a los álcalis y, además, promueve la adherencia con todos los productos utilizados para la impermeabilización y el enlucido (donde se prevea su empleo).
Una vez endurecido el enlucido o la capa impermeabilizante, la malla de fibra de vidrio constituye una armadura que evita la formación de fisuras debidas a movimientos del soporte o de la superficie de baldosas.
Facilita la aplicación del enlucido en un espesor uniforme de unos 2 mm y mejora la resistencia a los cambios térmicos y a la abrasión del sistema.