Vivir en plenitud sólo es una opción para quienes tienen posibilidades, estudios, y no para aquellos que enfrentan responsabilidades apremiantes e inmediatas.
Parece que perseguir los sueños es una utopía, algo fantasioso e inútil que sólo restará tiempo y energía. En el fondo, todos soñamos con un mejor presente y librarnos de lo que nos abruma, de lo que nos detiene. Siempre resulta inspirador conocer a un ser humano que pudo, que lo logró, que sigue en la lucha, que no es un héroe, pero sí un guerrero, que encontró un camino para ser exitoso y feliz y que quiere transmitirlo a los demás.